¿Qué nos dice la biblia?
2 Reyes 22-23 y 2 Crónicas 34-35
2 Crónicas 34-35 TLA
Josías, rey de Judá (2 Crónicas 34)
34 Josías comenzó a reinar a los ocho años. La capital de su reino fue Jerusalén, y su reinado duró treinta y un años. 2 Josías obedeció a Dios en todo, pues siguió fielmente el ejemplo de su antepasado David.
3-7 A la edad de dieciséis años, el rey Josías empezó a obedecer al Dios de su antepasado David. Cuatro años después, comenzó a quitar los altares en los que el pueblo adoraba al dios Baal. También quitó las imágenes de la diosa Astarté, las imágenes y los ídolos que había por todo el territorio de Judá y en Jerusalén.
Josías ordenó que destruyeran todo eso hasta hacerlo polvo, y que luego esparcieran el polvo sobre las tumbas de quienes habían ofrecido sacrificios en ellos. Después mandó quemar los huesos de los sacerdotes de esos dioses, y los quemaron sobre los altares que ellos mismos habían usado para quemar incienso. Al terminar, también destruyeron esos altares.
Esto mismo hizo Josías en todo Israel y Judá, y no sólo en las ciudades, sino también en los poblados cercanos.
Se encuentra el libro de la Ley
8 Después, a los dieciocho años de su reinado, Josías le ordenó a Safán hijo de Asalías, a Amasías, gobernador de la ciudad, y a su secretario Joah hijo de Joacaz, que repararan el templo de Dios.
9 Ellos fueron a ver a Hilquías, el jefe de los sacerdotes, y le entregaron el dinero que había en el templo de Dios. Ese dinero era el que los vigilantes de las entradas del templo habían recogido entre la gente de las tribus de Manasés, Efraín y Benjamín, y también entre la gente de Judá y de Jerusalén, y el resto del territorio israelita.
10 El dinero fue entregado después a los encargados de la construcción del templo para que pagaran 11 a los carpinteros y a los constructores. Con ese mismo dinero compraron la madera y las piedras que necesitaban para las reparaciones. El templo estaba en ruinas, porque los reyes de Judá lo habían descuidado. 12 Los encargados de la construcción del templo eran hombres honestos, dirigidos por los siguientes ayudantes de los sacerdotes:
Jáhat,
Abdías,
Zacarías,
Mesulam.
Los dos primeros eran descendientes de Merarí, y los otros dos, descendientes de Quehat.
Los ayudantes de los sacerdotes 13 vigilaban el trabajo de los cargadores, y dirigían a todos los obreros, sin importar el trabajo que realizaran.
Algunos ayudantes de los sacerdotes eran muy buenos músicos, y otros eran secretarios, inspectores o vigilantes de las entradas del templo.
14 En el momento en que estaban sacando el dinero del templo, el sacerdote Hilquías encontró el libro de la Ley de Dios, que había sido dada por medio de Moisés. 15 Entonces Hilquías le dijo al secretario Safán: «¡Encontré el libro de la Ley en el templo de Dios!» Y se lo dio.
16 Safán le llevó el libro al rey, junto con este informe:
«Tus ayudantes están haciendo todo lo que les encargaste: 17 Juntaron el dinero que había en el templo, y se lo dieron a los encargados de la construcción. 18 Además, el sacerdote Hilquías encontró un libro y me lo entregó».
Entonces Safán se lo leyó al rey. 19 Y cuando el rey escuchó lo que decía el libro de la Ley, rompió su ropa en señal de tristeza. 20 Después les dio esta orden a Hilquías, a Ahicam hijo de Safán, a Abdón hijo de Micaías, al secretario Safán y a su ayudante personal Asaías:
21 «Vayan a consultar a Dios, para que sepamos qué debemos hacer en cuanto a lo que dice este libro. ¡Dios debe estar furioso con nosotros, pues nuestros antepasados no obedecieron lo que está escrito aquí!»
22 Ellos fueron a ver a la profetisa Huldá, que vivía en el Segundo Barrio de Jerusalén. Huldá era la esposa de Salum hijo de Ticvá y nieto de Harhás. Salum era el encargado de cuidar la ropa del rey. Cuando la consultaron, 23-25 Huldá les contestó:
«El rey Josías debe enterarse del desastre que el Dios de Israel va a mandar sobre este lugar y sus habitantes. Así lo dice el libro que le han leído al rey. Dios está muy enojado, pues lo han abandonado para adorar a otros dioses. ¡Ya no los perdonará más! 26-28 Pero díganle al rey que Dios ha visto su arrepentimiento y humildad, y que sabe lo preocupado que está por el castigo que se anuncia en el libro. Como el rey ha prestado atención a todo eso, Dios no enviará este castigo por ahora. Dejará que el rey muera en paz y sea enterrado en la tumba de sus antepasados. Luego el pueblo recibirá el castigo que se merece».
Los mensajeros fueron a contarle al rey lo que había dicho Dios por medio de la profetisa Huldá. 29-30 Entonces el rey mandó a llamar a los líderes de Judá y de Jerusalén, para que se reunieran en el templo con él. A la cita acudieron todos los hombres de Judá, los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes y sus ayudantes. Toda la nación, desde el más joven hasta el más viejo, fue al templo. Allí, el rey les leyó lo que decía el libro del pacto que habían encontrado. 31 Después se puso de pie, junto a una columna, y se comprometió a obedecer siempre todos los mandamientos de Dios, y a cumplir fielmente el pacto que estaba escrito en el libro. 32 Luego hizo que todos los que estaban allí presentes, y que eran de Jerusalén y de la tribu de Benjamín, se comprometieran a obedecer ese pacto. Y ellos cumplieron el pacto del Dios de sus antepasados.
33 Josías destruyó todos los odiosos ídolos que había en el país, y les ordenó a los israelitas que adoraran solamente al Dios de Israel. Mientras Josías vivió, su pueblo obedeció al Dios de sus antepasados.
2 Crónicas 35:1-19 (TLA)
Josías celebra la Pascua
35 El día catorce del mes de Abib,[a] Josías ordenó dar inicio a la celebración de la Pascua en Jerusalén, sacrificando el cordero de la fiesta. 2 A los sacerdotes los organizó de acuerdo a sus tareas, y los animó para que hicieran bien su trabajo en el templo de Dios. 3 A los ayudantes de los sacerdotes que se dedicaban a la enseñanza de la ley de Dios, les ordenó lo siguiente:
«Ya no es necesario que transporten de un lugar a otro el cofre del pacto de Dios. Pónganlo en el templo que el rey Salomón construyó. De ahora en adelante trabajarán en el templo, al servicio de su Dios y su pueblo Israel.
4 »Sigan las instrucciones que el rey David y su hijo Salomón nos dieron, y organícense de acuerdo a sus familias y a sus turnos de trabajo. 5 Así, un grupo de ayudantes de cada familia tendrá su oportunidad de servir en el templo. Cada grupo representará a las demás familias israelitas. 6 Cumplan con la ceremonia de preparación y sacrifiquen el cordero de la Pascua, para que así sus compatriotas tengan todo lo necesario para celebrar la fiesta, tal y como Dios lo ordenó por medio de Moisés».
7 Entonces Josías les dio a todos los que estaban allí treinta mil animales de su propio ganado, para que celebraran la Pascua. Entre los animales iban corderos y cabritos, además de otros tres mil novillos que también ofreció.
8 Al ver esto, los asistentes del rey también regalaron animales, para que el pueblo, los sacerdotes y sus ayudantes celebraran la Pascua.
Además, Hilquías, Zacarías y Jehiel, que eran los asistentes del rey y estaban a cargo del templo de Dios, les dieron a los sacerdotes dos mil seiscientos corderos y trescientos novillos. 9 Conanías y sus hermanos Semaías y Natanael, así como Hasabías, Jehiel y Jozabad, jefes de los ayudantes de los sacerdotes, dieron cinco mil corderos y quinientos novillos.
10 Una vez que los sacerdotes estuvieron listos y sus ayudantes se organizaron por grupos, de acuerdo a las órdenes del rey, empezaron la celebración de la Pascua.
11-13 Los sacerdotes sacrificaron los animales de la Pascua y rociaron el altar con la sangre. Los ayudantes les quitaron la piel a los animales, y les sacaron la grasa para darle a cada familia la parte que le correspondía quemar ante Dios. Luego asaron los animales para la fiesta, y el resto de las ofrendas de Dios las cocinaron en ollas, calderos y sartenes. Todo eso lo repartieron entre la gente del pueblo, y así cumplieron con lo que había ordenado Moisés.
14-15 Los ayudantes de los sacerdotes no sólo tuvieron que cocinar su propia parte, sino también la que les tocó a todos aquellos que estuvieron muy ocupados como para hacerlo por sí mismos. Los sacerdotes, por ejemplo, estuvieron ocupados hasta el anochecer, presentando la grasa y las ofrendas que fueron quemadas. Los cantores estuvieron ocupados siguiendo las indicaciones que habían dejado David, Asaf, Hemán y Jedutún, el profeta del rey. Y los encargados de vigilar las entradas del templo tampoco pudieron dejar su puesto.
16 Así fue como organizaron todo lo que se necesitó para celebrar la Pascua, y para quemar sobre el altar las ofrendas presentadas a Dios. Todo se hizo según las instrucciones del rey Josías. 17 Durante siete días, los israelitas celebraron la fiesta de la Pascua y de los panes sin levadura.
18-19 Cuando Josías cumplió dieciocho años de gobernar, tanto él como los sacerdotes y el pueblo celebraron la Pascua en Jerusalén. Nunca antes se había festejado la Pascua de esa manera; ni en la época en que gobernó el profeta Samuel, ni en la época de los reyes que gobernaron Israel antes de Josías.
b.- En contexto
“segundo barrio de Jerusalén” (2 Crónicas 34:22) resultado de la expansión de la ciudad durante el reinado de Ezequías.
Significado del Nombre: Josías -Yoshiyáh- significa “cimentado en el Señor” o “Fundado en Dios”
- Heredero al trono por descendencia: Por la promesa del Señor al rey David, era permitido que los descendientes de David sucedieran el trono sin importar la edad que tuvieran al momento de hacerlo. Esta fue la razón por la que el inició su reinado a los 8 años. Aunque por la edad, se les asignaba un tutor, es obvio que un niño de esa edad no tiene la madurez y conocimiento para gobernar. Por eso vemos que los cambios y actividades relevantes de Josías inician cuando él ya tiene 16 años y a los 20 toma decisiones drásticas y tajantes en su reino.
- Su rectitud de corazón hace que se le compare a David: Josías fue hijo de Amón, quien únicamente reinó por dos años hasta que sus siervos lo mataron en su propia casa (2 Reyes 21:19-23). Josías fue nieto del rey Manasés, quien en gran parte de su reinado fue el perfecto ejemplo de como un líder que no está alineado al corazón de Dios puede pervertir a una nación completa. Aun considerando la maldad que habían cometido su papá y su abuelo, el relato bíblico no los igual a ellos, sino que lo pone al lado del rey David para mostrar su rectitud de corazón.
- El estado espiritual decadente del pueblo de Israel: El pueblo de Israel había apartado su corazón del Señor su Dios y había ido tras otros dioses, involucrándose en los ritos y acciones contrarias a Dios, fueron tras de ídolos olvidándose del amor y la bondad que el Señor les había mostrado a lo largo de toda la historia. Por lo que, al inicio de su reinado, Josías se encuentra al frente de un pueblo que no conoce la ley de Dios ni sigue sus mandamientos.
c. Carácter
Por su edad al iniciar a reinar, era aún muy vulnerable e influenciable; por lo que cualquier persona cercana pudo aprovecharse de él y utilizarlo únicamente como peón dentro de Jerusalén.
- Legado: Heredero al trono de Israel por medio de su linaje, aun así, no había recibido el mejor legado por parte de su padre.
- Inaptitud para el cargo de rey: Al ser de 8 años de edad en el momento de ser nombrado el rey de Israel aún no había desarrollado el criterio, madurez, conocimiento y sabiduría que acompañan a una vida vivida sabiamente. Por lo que, en ese momento, no tenía las aptitudes necesarias para ser rey, aún es un niño que puede ser fácilmente influenciable. Sin embargo, en su juventud demuestra las aptitudes y capacidades que el Señor le permite desarrollar
d. El rey Josías expuesto
- Creció sin su padre: Cuando Josías tenía tan solo 8 años, su padre el rey Amón fue asesinado a causa de una rebelión de sus propios siervos. Por lo que, a partir de esa edad, él se ve forzado a crecer y desarrollarse como hombre y como rey sin una figura paternal que le modele el camino que debía seguir. En general, esta es una situación bastante dolorosa; pero no solamente le impidió que su padre le enseñará sobre la vida espiritual, derechos y obligaciones con su nación y que lo educara, sino que también le cerró la oportunidad de aprender sobre la administración de justicia, de cuidar la vida espiritual y todas las labores que debía desempeñar como rey de Israel.
- Rey a una temprana edad: Imagina la presión a la que debe estar sometido un presidente, un líder de iglesia, un gobernante, tratando de tomar las mejores decisiones para su pueblo, ahora imagina experimentar esa sensación cuando aún eres un niño de 8 años.
- A los 16 años comenzó a buscar al Dios de David: A pesar de todo el historial familiar negativo, las experiencias negativas y dolorosas en su propia vida, incluso en su propia inaptitud, esto es lo que diferencia y destaca la vida de Josías. Su corazón a los 16 años empieza a ser atraído al Dios de Israel y Su Verdad. Él decidió intencionalmente buscar al Señor y Dios nunca se escondió de Josías, se dejó encontrar y le mostró el camino que debía tomar hacia la restauración espiritual de Israel. Esta relación que cultivó con el Señor lo llevó a tomar las decisiones de limpiar todo Judá y Jerusalén de la idolatría en que había caído y permanecido durante tantos años, además de reconstruir el templo en donde permanecía la presencia del Señor.
- Encontrar una copia del libro de la Ley: A pesar que era mandato en Israel que el rey debía conocer la Ley Mosaica y actuar de acuerdo a ella, esto se había dejado de cumplir desde hacía ya varios años. Mientras que el grupo de constructores se dedica a la restauración del templo, el sumo sacerdote Hilquías encuentra una copia de la Ley y se la entrega a Safán, el cronista, para que se lo comunique a Josías, el rey no cierra sus oídos ante la noticia, decide escuchar atentamente la lectura de aquella copia y al escuchar su contenido se agobió muchísimo por toda la maldad cometida por Israel y por haber abandonado al Señor su Dios. Su preocupación principal era que nadie le había prestado la importancia al libro de la Ley y no estaba siendo puesto en práctica. Su corazón se contristó por su pueblo, pero esa tristeza lo lleva a buscar aún más del Señor y querer agradarlo.
e. Su espíritu extraordinario
En Josías podemos encontrar una convicción total acerca de hacer lo correcto. Esto lo llevó a realizar cambios radicales con tal de agradar a Dios. Se apegó a lo descrito en el texto sagrado, la Biblia de aquel momento. Su proyecto de restauración del Templo nos muestra la gran devoción que él tenía y su deseo de agradar y de rendir culto a Dios.
A la edad de 16 años empieza a buscar al Dios de David su padre, a los 20 años comienza a limpiar Judá y Jerusalén de los santuarios en lugares altos, las imágenes de Asera, los ídolos y estatuas de metal fundido y las representaciones de Baal.
A los 26 años (después de haber purificado el templo y el país, se ocupa en reparar el templo en donde encuentran una copia del libro de la ley. “Al escuchar el rey lo que decía el libro de la ley, se rasgó la ropa…” y pide que se consulte a Jehová.
Conocer el contenido de la Palabra de Dios termina la transformación en su reinado, se hace una lectura pública de la ley (que era obligatoria pero no se había hecho en muchísimo tiempo Deuteronomio 31:9-13. Hubo una en época de Josafat 2 Crónicas 17:7 y se celebra la Pascua.
- El conocimiento de las Escrituras transforma su reinado: Conocer el contenido de las Escrituras lo determinan a hacer una lectura pública de las mismas y llevar al pueblo a renovar el pacto con el Señor su Dios. Además de celebrar la Pascua después de haber sido celebrada por Josafat alrededor de 500 años antes.
- Reforma espiritual: Josías realmente se esmeró por cambiar la realidad de la vida espiritual de Israel, la Biblia menciona que sacó los objetos de cultos a los ídolos y los quemó; quitó de sus puestos a los sacerdotes de los santuarios en los lugares altos; sacó la imagen de la diosa Asera y la quemó; destruyó los santuarios; derribó los altares paganos y acabó con los sacerdotes de los santuarios.
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